FOTO OFICIAL 25 ANIVERSARIO

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Enviada, quien haya tenido problemas con la recepción que nos lo diga

viernes, 2 de julio de 2010

CRONICA DE UN DÍA INOLVIDABLE, 2ª PARTE (Cena y Fiesta) por Jon Marcuartu


¡Marista yooooo…! ¡Marista tuuuu…! ¡Marista ella…! ¡Marista ja, ja! ¡FIESTA, FIESTA…!

Eran las 4:00 de la mañana cuando todavía algunos se resistían a bajar de la nube. Afónicos de tanto hablar; empapados por haberle exigido al cuerpo movimientos propios de otras edades; con la cabeza llena de caras, nombres y anécdotas entrañables y con el corazón rebosante de alegría por haber reencontrado a muchas personas, que conocieron esa parte de nuestra vida que tan importante es para ser lo que somos hoy. Cuarentones con un baúl repleto de experiencias vitales y con unas ganas enormes de vivir a tope lo que tenemos por delante.

Y así nos vimos, porque algunos comieron como si fuera su última cena, otros hablaron como si no les hubieran dejado nunca, otros bebieron como si fuesen a cruzar el Sahara en verano, otros bailaron como poseídos por las Mamachicho y todos recordamos momentos como si estuviéramos concursando en el Un Dos Tres. El lugar se prestaba al encuentro, a la conversación, a disfrutar de la compañía, a buscarnos y a encontrarnos, a reírnos y a abrazarnos, y sobretodo a saborear la amistad y el recuerdo de una infancia y una juventud compartida. Cuántas anécdotas, cuántas batallitas, cuántos secretos, cuántas confesiones, cuántos recorridos históricos hasta llegar al día de hoy, y cuántos canapés y qué ricos y qué nombres más largos tenían.

Y luego las fotos, esas que no nos cansamos de ver y mucho menos de comentar. Y la música y el baile. Pero todavía quedaban cosas por contar y hubo muchos que sujetaron sus pies, para tener suelta la lengua y seguir gritándole a los demás momentos inolvidables. Y la fiesta se animó y lo podréis ver en los vídeos. Luego llegó el “escándalo” y siguieron el baile, las copas y las risas. Y así hasta las manifestaciones de amistad enfervorizada y las despedidas interminables y el intercambio de datos localizadores (teléfonos, emails…). Pero la organización falló, no fue previsora, no supo medir, se quedó corta, no tuvo en cuenta que 3.000 años (25 por cada uno de los 120 asistentes) no se pueden poner en común en 6 horas. Todos queremos más, necesitamos más y estoy seguro de que pediremos más…

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